Actualmente es muy común ver en ofertas de empleo empresas que piden a sus candidatos estar familiarizados con las metodologías Ágiles. Pero ¿qué son?
Son formas de trabajo que se basan en la flexibilidad y adaptabilidad permitiendo la creación de productos y servicios a la vez que responden de forma rápida a los cambios y demandas del mercado. Esto favorece en gran medida a los negocios ya que vivimos en un ambiente caracterizado por la volatilidad y la incertidumbre. De hecho, grandes empresas como Amazon o Google emplean este tipo de metodologías.
Como ya se ha dicho, esté tipo de metodologías permiten qué las empresas se adapten a entornos cambiantes, pero además de esto permiten que la empresa esté más centrada en el cliente, al igual que reduce el tiempo de entrega. Por lo tanto mejorando así su efectividad. También se ha visto que estas metodologías tienen un impacto positivo en los trabajadores, los cuales están más motivados pues se les da más autonomía para realizar sus tareas y están en constante comunicación con el resto de los compañeros.
El trabajo se divide en proyectos los cuales se reparten a los diferentes equipos de trabajo que están formados por profesionales de diferentes ramas. Una vez repartido el trabajo se trabaja con tiempos de entrega cortos y concretos que ya fueron previamente marcados.
Las claves para que este tipo de metodologías funcionen son: la constante comunicación entre las personas, el uso de herramientas digitales, la implicación del cliente en el proceso y la capacidad de respuesta ante cambios imprevistos.
Por lo tanto sus etapas serán:
- Análisis y planificación de lo que se quiere conseguir.
- Diseño de un plan de acción para alcanzar el objetivo.
- Desarrollo e implementación.
- Mantenimiento.
Dentro del mundo de las metodologías Ágiles las más conocidas son las siguientes:
- Scrum: El tiempo está organizado en Sprints. Se emplea para proyectos donde se necesitan resultados a corto plazo, en entornos complejos y con requisitos poco definidos. Se pretende organizar a los trabajadores de forma que se hagan entregar a corto plazo y que el valor de estas se vaya ampliando con cada entrega. Siempre poniendo el foco en el cliente y el negocio.
- Kanban: Pretende que los tiempos de entrega se gestionen de forma más óptima minimizando el número de tareas.
- Design Thinking: Entendiendo y empatizando con el cliente idea y diseña productos, asegurándose de que estos cubren necesidades reales y cumplen sus expectativas. Para lograr esto emplea técnicas de pensamiento creativo.
- Lean Startup: Sin mucha financiación se puede llegar a crear productos que cubran las necesidades de los clientes. Su modelo de negocio es escalable pues poco a poco se van identificando esas necesidades hasta que se llega al cliente potencial.
- Lean Thinking: La atención está puesta sobre todo en la mejora continua por medio de mediciones que buscan eliminar los obstáculos o minimizarlos a la vez qué potencian aquello que sí aporta valor.
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