En la entrevista de trabajo siempre llegan dos momentos que tienen que ver con el salario. Uno, en el que eres preguntado por tus expectativas salariales a través de preguntas directas como, ¿cuánto deseas ganar? ¿cuál es tu salario actual? ¿cuáles son tus expectativas salariales?, y otro , cuando no eres preguntado por tus expectativas salariales y eres tú quién debe preguntárselo al entrevistador. También, puede suceder, y esto sucede mucho, que decides quedarte con la duda hasta que el proceso de selección se resuelva porque no sabes muy bien cómo plantear el tema. Nadie nos ha enseñado a hacerlo y a muchos les supone un tema difícil de abordar, es por ello que queremos enseñarte a gestionar las situaciones más habituales referidas al salario que se dan en torno a una negociación o una conversación en la entrevista de trabajo.
Para hacer frente a los distintos escenarios que pueden surgir en torno al tema económico, es necesario que previamente hayas realizado una auto evaluación de tus preferencias y condiciones laborales, entre ellas que hayas pensado en el salario adecuado a tu situación personal y profesional. Esa decisión sobre tu orientación, preferencias y expectativas salariales puedes tomarla en base a los datos que puede ofrecerte una búsqueda en los distintos portales de empleo y en la web sobre los salarios que se publican en ofertas de trabajo similares a las que estás aplicando y en aquellas que son coincidentes con tus motivaciones profesionales. Sin embargo, sabemos que no todas las ofertas se publican con esta información, lo que nos parece un auténtico error, por lo que te sugerimos que para llegar a ser más concreto recurras a estudios salariales por sectores y puestos de trabajo que son publicados en abierto por algunas consultoras de recursos humanos o consultorías digitales.
Por último, una vez que tienes identificados y analizados los datos salariales que te interesan, debes centrarte en reflexionar sobre aspectos clave como dónde estará ubicado el puesto de trabajo al que aplicas, no es igual una gran ciudad que una pequeña ciudad, el sector para el que deseas trabajar, no es igual un sector digital que un sector más tradicional, o el nivel de desarrollo profesional alcanzado hasta ese momento, no es igual poca o mucha experiencia en el puesto.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, y antes de abordar una búsqueda de empleo que conlleve una entrevista de trabajo, podrás decidir en qué rango salarial te sitúas como profesional estableciendo una horquilla o franja salarial que cuente con un salario mínimo por el que estarías en disposición de trabajar y un salario máximo por el que te considerarías bien pagado. Las horquillas salariales nos permiten observar una línea continua del salario que en función de tu situación personal y profesional cubra tus necesidades y expectativas lo que te llevará a comenzar de una forma satisfactoria tu nueva etapa laboral.
Situación 1. Preguntas directas sobre el salario.
Cuando el entrevistador te pregunte directamente por tu salario actual, o por el salario por el que estarías dispuesto a trabajar en su compañía, es una respuesta que ya tendrás preparada de antemano si sigues nuestras sugerencias.
Responde con la horquilla salarial que has considerado adecuada para tu perfil profesional, puesto de trabajo a desempeñar y otras características del puesto, del sector y de la organización.
Si en la oferta de empleo a la que habías aplicado se describe el rango salarial, haz referencia a ese rango, expresando que lo indicado satisface tus necesidades y expectativas. Si no te satisficiera seguramente no habrías aplicado a esa oferta de empleo por lo que no hay cabida a una alternativa de este tipo.
Situación 2. Cuando el entrevistador no realiza la pregunta sobre el salario.
En esta situación te puedes encontrar más inseguro y actuar con una cierta pasividad, lo que se traduce en dejar pasar el momento para preguntar cuál es el salario a percibir por desempeñar el puesto de trabajo. Por otro lado, los entrevistadores se pueden encontrar con aspirantes más determinantes que actúan de manera más proactiva y antes de finalizar la entrevista preguntan por el salario definido para el puesto lo que para ellos supone una ventaja en el proceso de selección frente a candidatos más reactivos con el tema salarial.
Si te encuentras dentro de los segundos, eres de los proactivos, ya sabes cómo hacerlo, pero si te encuentras dentro del primer grupo de aspirantes que no se atreven a abordar el tema te indicamos cómo poder formular la pregunta.
Candidato/a: “Antes de finalizar la entrevista, me gustaría conocer cuál es el rango salarial que está estimado/definido/establecido para este puesto”.
Con esta simple pregunta estamos expresando de manera asertiva un derecho al que debemos tener acceso y que nos permitirá decidir si continuamos, o no, con el proceso de selección y nos permitirá ajustar nuestras expectativas salariales en favor de otras cuestiones y características del puesto – responsabilidades, ubicación, u otros beneficios-.
También cabe la posibilidad de que el entrevistador nos reformule y devuelva la pregunta, ¿qué salario es el adecuado para ti? o ¿en qué salario estás pensando? Por lo que iremos al primer punto de este post para referirnos a la horquilla salarial que habremos estimado en nuestra auto evaluación.
Situación 3. Decides quedarte con la duda.
Si no suceden ninguna de las situaciones 1 o 2, saldrás de la entrevista con la sensación incómoda de la duda.
Seguramente hayas decidido no aventurarte con el tema salarial por temor a quedar mal o por considerar que no es un tema a tratar inicialmente por el candidato. Debes saber que no expresar la franja salarial acorde a nuestras expectativas tiene varios riesgos como el de la decepción y la frustración.
Si eres la persona seleccionada para el puesto y recibes una comunicación por ello, seguro que la emoción de alegría es inmensa. Sin embargo, cuando después de confirmarte que cuentan contigo en el puesto de trabajo te indican qué salario vas a percibir, puede que la alegría se transforme en decepción y la decepción en frustración. En este caso ambas partes habréis perdido una oportunidad de negociación, se habrá perdido tiempo y habréis invertido una cantidad de energía importante por el esfuerzo que supone participar en el proceso de selección por no sentiros en disposición de abordar el tema salarial o no contar con los recursos suficientes para ello.
Si quieres que en tu proceso de selección todos los temas sean claros y concisos, no dudes en plantear el tema salarial de forma segura, atendiendo a los datos e información de los estudios salariales y de la adaptación de estas horquillas salariales a tu situación profesional, y asertiva, expresando un derecho con una adecuada dosis de inteligencia emocional.
Consejo avanzado: Recuerda.
Para poder prepararte esta pregunta convenientemente primero has de definir o determinar tu preferencia salarial estimada en función de tus conocimientos, experiencia y habilidades – variables internas-, así como en función de lo que el mercado de trabajo está dispuesto a retribuir por el conjunto de tus cualidades y competencias que puedes ofrecer – variables externas-.