Llega septiembre y es posible que en los próximos días debas acudir a una primera entrevista de trabajo. Como todas las primeras veces, seguro que tienes ya presentes los nervios y las dudas que conlleva el momento de una cita tan importante. La entrevista de trabajo es un reto al que todo/a candidato/a debe enfrentarse cuando participa en un proceso de selección. Sin embargo, existen algunos tips que te ayudarán a afrontarla con éxito.
Antes de la entrevista:
- Revisa, estudia y ensaya tu currículum. No dejes ningún punto de tu currículum a la espontaneidad. Toda la información debe tener un hilo conductor basado en tu objetivo profesional
- Investiga sobre la empresa (a qué sector pertenece, su misión, valores…). Esto te permitirá adecuar tu discurso al contexto de la empresa y que la persona que te entrevista perciba afinidad con los equipos de trabajo.
- Prepara preguntas sobre la empresa y el puesto al que estás aplicando.
- Se puntual. Aunque suene obvio mantén puntualidad británica tanto si la entrevista es presencial como si es online. Ambas modalidades requieren los mismos códigos de conducta y las mismas buenas prácticas.
Durante la entrevista:
- Muéstrate natural y responde con sinceridad. No extiendas tus respuestas con explicaciones que puedan perjudicarte.
- Mantén una actitud optimista e interesada por la empresa, el puesto y la entrevista.
- Practica la escucha activa. Recuerda que la entrevista es una comunicación entre dos personas. Para que puedas responder con exactitud a lo que se está preguntando, de modo que el entrevistador pueda valorar tu respuesta y la adecuación de ésta a los requisitos del puesto, debes hacer una escucha activa. De lo contrario, el entrevistador no tendrá elementos fiables para poder valorar tu match con el puesto.
- Cuida tu lenguaje corporal. Utiliza la gesticulación facial y de manos para enfatizar la información más relevante de tu currículum. No desvíes la mirada fuera del campo de visión del entrevistador, mantén el contacto visual para lograr la máxima empatía con el entrevistador.
Después de la entrevista:
- Reflexiona sobre cómo ha sido tu desempeño para así poder mejorar en entrevistas futuras.
- Mantén el contacto y pide feedback. Para ello puedes buscar al reclutador en LinkedIn. Mandale un mensaje educado dándole las gracias y pidiéndole feedback.
Estrategias para responder a los distintos tipos de preguntas
- Posiciónate en “gris”. Ante preguntas como si somos inteligentes o creativos, la mejor forma de responder sin parecer inseguro o presuntuoso es posicionándose en “gris”. Por ejemplo: Depende, puedo ser creativo para actividades como (nómbralas); aunque en otras situaciones como (nómbralas), puedo no serlo tanto como quisiera
- Puntos fuertes y puntos débiles. Antes de la entrevista, es conveniente definir una serie de competencias concretas y relacionadas con el puesto al que se opta. Estas competencias serán tus puntos fuertes o tus puntos débiles, una misma competencia puede tener dos caras cuando la ponemos en relación con el puesto de trabajo. Por ejemplo, puedo ser una persona con una alta atención al detalle que es una virtud para puestos en los que la observación o el análisis sea esencial, pero puede ser una área de mejora cuando el puesto requiere actuar con celeridad.
- Responder con preguntas. Muchas preguntas son consideradas preguntas trampa, ya que no requieren una respuesta concreta, sino plantear una situación en la cual valorar la reacción del candidato. Por ejemplo, ante la pregunta: ¿qué es la inteligencia?, la respuesta sería: ¿en qué contexto lo pregunta?.
- Cambiar de observador. Esta estrategia permite dar respuesta a preguntas difíciles. Por ejemplo, ante la pregunta: ¿eres inteligente?, la respuesta sería: Mis compañeros consideran que lo soy.
- Preguntas abiertas sobre ti. El objetivo de este tipo de preguntas suele ser evaluar la capacidad para estructurar respuestas asertivas. Es necesario no ser escueto ni tampoco excesivo, estructurar el discurso desde dominios (profesión, hobbies, etc.) y en subdominios (experiencias, idiomas, etc.).
- Casos y situaciones hipotéticas. Estas preguntas buscan comprobar cómo razona, cómo reacciona o las capacidades resolutivas de los/as candidatos/as. En cualquier caso, el entrevistador no espera la respuesta, ni tampoco calificarla como correcta o incorrecta, sino cómo te desenvuelves, cómo piensas o cómo procesas la información para conseguir una solución.
Preguntas sobre algo que no aparezca en tu currículum. Es conveniente señalar algo positivo y también algo negativo. La idea es demostrar que somos capaces de afrontar y resolver situaciones difíciles y, de igual modo, que somos capaces de reconocer nuestros éxitos con humildad.
Si tienes alguna pregunta aprovecha para hacer todas las que te has preparado previamente.
Por último recuerda que no pasa nada si una entrevista nos sale mal. Lo importante es aprender de los fallos que hemos cometido y seguir intentándolo. Desde talenttunity esperamos que estos consejos puedan servirte de ayuda y los pongas en práctica. Si no quieres perderte más artículos como esté recuerda seguirnos en nuestras redes sociales.
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