Recibir de modo fehaciente la noticia de incorporarte a una empresa para desempeñar un puesto el trabajo tras un duro proceso de selección, además de ser una buena noticia es un indicador de que tu perfil profesional gusta a los empleadores. Sin embargo, cuando llega el momento de decir sí te das cuenta que las condiciones laborales – retribución, conciliación u otras- que la empresa te ofrece no cumplen ni por asomo con tus expectativas ni con tus intereses.
Llegado ese momento te planteas con miles de dudas qué hacer; aceptar el trabajo y las condiciones laborales que se ofrecen, o por el contrario, y aunque esté por el momento mal visto, rechazar el trabajo.
¿Cómo puedes rechazar la oferta elegantemente? ¿Cómo puedes rechazar la propuesta de trabajo sin que te arrepientas?
Motivos para rechazar una oferta de trabajo.
Lo primero de todo es mostrarse honesto no solo con la empresa para la que trabajarías si no con uno mismo. Revisa y repasa tantas veces necesites, con el fin de estar seguro de ello, cuáles son los motivos que te llevan objetivamente a rechazar la oferta de trabajo.
- ¿El salario ofrecido está por debajo de lo que podrías aportar con tu conocimiento, experiencia o habilidades? Si esta es la razón, estaríamos ante una falta de equidad que tarde o temprano acabaría aflorando manifestándose en forma de insatisfacción con el trabajo, inactividad, desmotivación, lo que te obligaría a reiniciar una búsqueda de empleo en el mejor de los casos o a sostener durante largo tiempo una situación insostenible sometiéndote a un alto nivel de estrés.
- ¿Las condiciones retributivas son inferiores a tu actual horquilla salarial? Obviamente estaríamos ante un pérdida de recursos económicos, personales y profesionales que sin lugar a dudas no te compensaría asumir. Perder lo ganado no es una buena ecuación.
- ¿Las condiciones de trabajo no te permiten conciliar tu vida personal y laboral? La ausencia de conciliación posible impacta desfavorablemente en la salud y en las relaciones interpersonales, además de desaprovechar tu talento por esta razón. Cuando no se puede conciliar la vida personal y laboral, o resulta muy díficil por la ausencia de medidas de conciliación o flexibilidad por parte de la empresa acabarás mostrando una disminución significativa de su rendimiento o productividad, aumentará tu absentismo y reducirás considerablemente el compromiso con su empresa, factores que se tornan insostenibles en toda relación laboral.
- ¿Las condiciones laborales propuestas no se corresponden con las negociadas durante el proceso de selección? No te dejas llevar por la responsabilidad ni por un comportamiento pasivo si te cuesta decir “No” y por el que amargamente aceptas aquello que finalmente te ofrecen. Si la oferta es distinta a lo negociado se quebranta la confianza entre el profesional y la empresa por lo que es difícil comenzar una nueva etapa profesional si no existen los mimbres necesarios para ello.
¿Cómo actuar?
Una vez que has decidido rechazar la oferta de trabajo, tras valorar objetivamente los motivos que te llevan a ello en términos de ganancias y pérdidas, debes actuar con celeridad. Cuanto antes respondas tu no aceptación a la propuesta de trabajo y a la propuesta económica antes podrás despejar el camino y centrarte en otros procesos de selección o en continuar con el trabajo que ya hacías. Además, si actúas con rapidez permitirás que la empresa igualmente tenga margen de maniobra para seguir adelante con un plan B.
¿Cómo comunicarlo?
Ponte en contacto con el responsable de Recursos Humanos, siempre de manera telefónica o por videoconferencia, y en último caso comunícalo vía email. Tu objetivo es rechazar una oferta de empleo, pero salir con el mínimo impacto como profesional de esta situación y no dañar la reputación de la empresa.
Para ello, toma en cuenta lo siguiente:
- Mantén una comunicación asertiva. Esto significa que tu comunicación debe estar centrada en explicar los motivos que te llevan a rechazar la oferta sin dañar a la empresa. Una comunicación asertiva te permite expresar opiniones, sentimientos, emociones, realizar peticiones o decir “no” cuando alguna situación te hace percibir que pierdes más que ganas. Decir “no” es un derecho que todos tenemos y cuando aceptamos una petición en contra de nuestra voluntad no nos respetamos a nosotros mismos.
- Exprésate de forma clara. No des rodeos, ni pongas excusas para justificarte.
- Muéstrate abierto y disponible. Quizá este no sea el momento, pero sí en un medio plazo cuando la empresa pueda ofrecerte aquello que consideras justo para ti.
- Muéstrate sincero, honesto y no utilizas un lenguaje ofensivo.
- Sé agradecido por el interés que ha mantenido la empresa en tu perfil profesional.
- Asume, cuando sea posible, parte de tu responsabilidad en el resultado final del proceso de selección.
Consejo avanzado: La asertividad.
Decir “no” o rechazar una petición (en este caso en forma de oferta de trabajo) nos protege frente a muchos conflictos interpersonales de los cuales se pueden derivar otros problemas, generalmente, emocionales. Solemos esconder nuestra incapacidad para decir “no” o para rechazar una petición con excusas, justificaciones o falsos argumentos que pueden jugarnos una mala pasada o llevarnos a tomar una mala decisión. Si la persona con la que nos estamos comunicando es más hábil que nosotros mismos, la excusa o la justificación que has pensado como válida podría convertirse en una encerrona.