Desde hace unos años han proliferado profesionales y empresas que ofrecen formaciones online que te ayudan a prepararte para trabajar en profesiones digitales. Existen muchas iniciativas en internet si quieres formarte en marketing digital y otras disciplinas relacionadas con el big tech, y son abundantes por varias razones. Los planes de estudios anticuados de la universidad tradicional no suelen contemplar una preparación específica (y se necesita) para estas nuevas profesiones, que no dejan de nacer y cambiar, en un mundo que demanda cada vez más estos perfiles profesionales.
Algunos formadores con más o menos conocimiento y experiencia han aprovechado el tirón, ante la necesidad en la población de estas profesiones, y el deseo de muchas personas de cambiar de trabajo y reinventarse hacia un trabajo más moderno y con futuro. El resultado es una gran oferta de formación para aprender las nuevas profesiones digitales y adquirir esas nuevas skills o habilidades duras, conocimientos relativos a internet, tecnología, marketing o publicidad en buscadores, redes sociales y medios online.
Una de las profesiones que más han “atacado” estos formadores ha sido la de trafficker digital, y a muchas personas nos han inundado todos los canales (YouTube, Instagram, Facebook…) de campañas publicitarias para vender su formación. Su forma de resultar atractivos ha sido la de grabar sus vídeos promocionales en playas paradisiacas o tomando daiquiris en piscinas de lujosos hoteles. Sus promesas, las de convertirnos en “traffickers”, profesionales de futuro que pueden vivir holgadamente de sus ingresos y trabajar deslocalizados. Independencia, deslocalización y abundancia son atractivos que han conseguido la atención de muchas personas para realizar dicha formación y convertirse en traffickers.
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La cuestión que queremos abordar es si se trata de una estafa o si las promesas de independencia y alta retribución pueden ser reales. En nuestra opinión, no se trata de una estafa, pero quizás realizan la llamada de atención con una situación ideal que no es tan fácil de conseguir, y esto puede llevar a decepción.
No entramos a valorar si las diferentes formaciones para ser trafficker son buenas o malas. Seguramente, como en todo, las habrá mejores y peores. Lo cierto es que el trafficker es una profesión relativamente nueva, que en teoría va a seguir teniendo demanda debido a que las empresas necesitan gestionar sus campañas de publicidad en internet que son cada vez más numerosas, y esto requiere de una dedicación y atención diarias. Por ello las empresas subcontratan estos servicios y pueden buscar traffickers independientes que les ayuden en esta labor, o agencias de marketing digital que cuenten con traffickers.
¿Dónde está la problemática del asunto?
Supongamos que aprendes la profesión de trafficker, y se te da muy bien montar campañas, crear banners, controlas la analítica, te apañas con la parte técnica de tagging, tienes buena comunicación para coordinar el lanzamiento de campañas, y tienes atención al detalle para no despistarte con los presupuestos, landings o creatividades. Bien. Veamos el meollo. ¿Cómo consigues clientes? ¿Sabes negociar un buen precio por realizar esta gestión? ¿Eres capaz de estimar las horas que te lleva el proyecto? Si no estimaste bien, ¿se te dará bien renegociar el contrato? ¿Eres capaz de conseguir suficientes clientes como para llenar tus horas de trabajo al día? Si no eres capaz de conseguir clientes grandes que puedan pagar más por la gestión de una cuenta, cosa que será lo más probable, ¿cómo consigues muchos clientes pequeños? ¿eres hábil para manejar muchas cuentas que te reportan poco pero igualmente te dan mucho trabajo? Si pierdes un cliente, que con el tiempo se pierden, ¿eres capaz de conseguir otro nuevo en poco tiempo? En definitiva, vas a tener que gestionar tu propia empresa, con todo lo que ello conlleva.
Son solo algunas cuestiones de lo que supone ser un profesional autónomo, tener tu propia empresa, tener un buen branding para conseguir nuevos clientes, gestionar los leads, negociar tus honorarios decentemente, y cerrar contratos con empresas para, siendo trafficker, poder vivir donde quieras y ganar ese dinero que aspiras ganar gestionando las campañas publicitarias de otras empresas y que te paguen por ello.
Como en todo, habrá a quien se le dé muy bien la profesión y ser emprendedor, negocie buenos contratos, tenga o haga buenos contactos, y llegue a tomar su daiquiri en la piscina de Bali después de su trabajo diario como Trafficker. Seguro que hay muchos casos de éxito, ¡por supuesto!, y habrá a quien se le dé tan bien la profesión que acabe montando su propia agencia o mejor, su propia empresa de formación de traffickers, mostrando lo bien que le ha ido… y grabe anuncios en su propia piscina like a boss.
Reflexión final
Estas reflexiones pueden aplicarse a cualquier nueva profesión o negocio (por ejemplo, el dropshipping). En España dicen que nadie da duros a pesetas, y aquí podría aplicarse de forma parecida. No hay negocios fáciles y rápidos que te hagan millonario (¡y se mantengan en el tiempo!) después de hacer un curso, haciendo unos cuantos clics. Si fuera así, los formadores estarían ganando mucho dinero y no dedicarían tiempo a formar a otros.
Nuestros consejos ante las promesas de nuevas profesiones o negocios digitales: lee mucho y sé crítico o crítica, estudia, haz esos cursos si te convencen y todos los que necesites, y adquiere toda la experiencia posible con proyectos reales. Si no tienes clientes, practica con tus propias webs o ideas. No pierdas de vista que, si quieres vivir de ello, una parte de tu trabajo será gestionar tu propia empresa y esto conlleva otras muchas cuestiones. Además, no creas que sin experiencia, conocimiento, esfuerzo, dedicación y cometer algunos, o muchos, errores, podrás llegar muy lejos. Todo es comenzar, y algunas personas con talento, dedicación y tesón consiguen tener un gran éxito. ¿Serás una de ellas?
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